Aventura mitad fantástica mitad realista, repleta de elementos oníricos, episodios insólitos y significativos guiños, Todos los Funes es en el fondo, bajo su forma narrativa, una reflexión sobre el olvido, la memoria y la identidad que se vale de la ficción para plantear sus interrogantes en un territorio que la imaginación se encarga siempre de devolver a la incertidumbre. Con la elogiada maestría ya demostrada en novelas y relatos anteriores, Berti construye una trama imprevisible y misteriosa en la que se combinan una inusual penetración psicológica, el humor y una prosa, por momentos, inclasificable.
SOBRE TODOS LOS FUNES
La memoria, el olvido
Por Felipe Fernández
(La Nación, 6 de febrero de 2005)
Jean-Yves Funès es un profesor francés de literatura latinoamericana. Tiene setenta y siete años, está jubilado y viaja de París a Lyon para asistir a un congreso de su especialidad. Gradualmente se verá que el recuerdo de su esposa Marie-Hélène, muerta hace trece años, sigue presente en él con la misma intensidad que un proyecto inconcluso: juntos habían planeado escribir un libro sobre todos los personajes de la literatura latinoamericana que se llaman Funes. Ese apellido parece una predestinación en Jean-Yves, hijo de un músico de tango argentino. Su pasión por las letras hispánicas se consolidó con la lectura de "Funes el memorioso", al cual le dedicó un ensayo. También le debe su encuentro con Marie- Hélène, una estudiante que eligió su curso porque conocía el cuento y le atraía la perspectiva de tener como profesor a un homónimo de la criatura borgeana. Y que centró su tesis en el análisis de dos relatos, uno de Horacio Quiroga y otro de Augusto Roa Bastos, con sendos personajes que llevan ese mismo apellido.
En Todos los Funes, Finalista Premio Herralde de Novela 2004, Eduardo Berti va impregnando el relato de un ambiente onírico por medio de sutiles toques orientados hacia el absurdo y presenta situaciones que, sin marcar una ruptura con la realidad, sugieren la idea de un sueño. Con un asunto tan literario, en algunos pasajes la narración cede al ensayo. A los Funes de los libros se les suman otros dos bastante fantasmagóricos: un médico y un abogado que visitan al profesor en el cuarto de su hotel de Lyon. ¿Qué significan tantas coincidencias?
La trama, que al principio se despliega como un road story, en esencia cuenta la vida de Funès a través de las conversaciones que éste mantiene con distintos interlocutores que le salen al paso: una pianista compañera de asiento en el tren, un cicerone ciego y una poeta chilena invitada al congreso, entre otros.
Del relato de Borges se desprende el tema de la memoria y se establecen dos conjuntos opuestos entre memoria-vigilia-vida-luz-permanencia y olvido-sueño-muerte-tinieblas-fugacidad. Sin embargo, se trata de conceptos relativos porque, como advierte una frase garabateada en el bastón del ciego, "La bruma se torna realidad, basta con cerrar los ojos". Y en esa zona crepuscular quien persiga alguna certeza sobre el sentido de las cosas puede descubrir que hay tantos motivos "que es como si no hubiese ni uno solo". ¿Es sensato ese afán tan humano por querer explicarlo todo y buscar una causa única a todo lo que nos ocurre? De esa pregunta surge otra oposición: las casualidades del azar enfrentadas a la premeditación del destino.
La falta de un hilo conductor es la razón por la cual Jean-Yves nunca pudo terminar el trabajo sobre los Funes. "Jamás voy a encontrar una hipótesis que una a los personajes", se lamenta. De manera similar, la amenaza de lo fortuito reside en un secreto relacionado con ese apellido alrededor del cual ha construido el sentido de su vida: cinco letras que representan su origen, su vocación y su amor. Un nombre cuyo sonido obsesivo a veces promete una revelación y otras resuena vacío, como si careciera de significado.
Entre las obras publicadas por Berti pueden mencionarse el libro de relatos La vida imposible (premio Fernando Aguirre-Libralire) y la novela La mujer de Wakefield. En Todos los Funes ofrece un final abierto que confundirá a algunos lectores deseosos de un desenlace lógico. Sin embargo, incitará a otros a releer sus páginas en busca de las claves que ayuden a su interpretación en un plano simbólico, porque ellas se dirigen más a las intuiciones del corazón que a las definiciones del cerebro.